Nostalgia

Antes de empezar aclaro la historia la robe tome prestada de una web que ya no me acuerdo cual era, un poco larga pero muy interesante, asi que solo dire creditos a quien corresponde...

Hoy es un dìa de esos en los que el reloj te agarra a bofetadas,uno de esos dias que no quieres salir y menos platicar con alguien, un dia medio gris, medio lluvioso y solitario, me encuentro en mi habitaciòn, rodeado solo de recuerdos, pongo algo de mœsica que evoca mi adolescencia y que me hace acordar de amigos en la escuela primaria, de las bromas y los juegos callejeros en donde todo era risas, sudor por correr en algun juego y sobre todo amistad, una amistad desinteresada, de niños; definitivamente estoy llenàndome de nostalgia. Cuantas fotografìas, cuantos amigos, cuantos recuerdos, la vida pasa y el tiempo corre sin intenciòn de detener su paso.
Què ràpido crecemos, parece que fue ayer cuando jugàbamos con los amigos, esperando emocionados al ratòn de los dientes o los regalos de un Santa Claus gordo y sonriente; esos tiempos de inocencia extrema, cuando una caja de zapatos era un barco o la bicicleta se convertìa sin dificultad en un aviòn, el jardìn era una selva con sirenas en los charcos que habìa dejado la lluvia del dìa anterior, no tuvimos casita del àrbol, pero nos trepàbamos a èl tratando de huir de nuestros amigos cuando jugàbamos a los policàas y los ladrones, las niñas a veces participaban o nos veìan mientras brincaban con su resorte o peinaban a las muñecas, cambiaban sus vestidos o les daban de comer golosinas con la voz replicante que habàan aprendido de su mamà; cuando llegaba la noche se iban los amigos y en la obscuridad de nuestra habitaciòn creìamos ver monstruos y gritàbamos a papà para que su mano acallara nuestro temor y su consuelo nos hiciera ver que todo estaba bien, que no habìa monstruos, aunque la realidad de la violencia existìa afuera, yo no lo notaba y nada de lo que habìa ahì iba a cambiar, la caricia de mi papà no iba a detener los asaltos o la violencia, pero tan solo sentir su presencia en la habitaciòn, nuestro mundo se llenaba de seguridad. Cada pequeño momento era tan especial, los dìas eran como eternos, sin prisa y las tardes llenas de risa
Nostalgia de un tiempo que no volverà y parece que fue ayer, que fue ayer cuando festejamos el cumpleaños con esa piñata llena de colores y forrada de "papel de china", ¿era un oso, era un perro?, no importaba lo que fuera esa piñata, lo que importaba era la emociòn de sentirse el centro de atenciòn en una fiesta, regalos, globos, canciones y pastel, asì es la infancia.
Pero ¿què pasò despuès?, crecimos con tanta prisa que no nos dimos cuenta que los momentos no se vuelven a vivir, y aunque uno se empeña en sobornar fotos y recuerdos con la pasiòn con la que un preso marca los dìas en el calendario con la esperanza de estar libre, como queriendo regresar, pero ya es muy tarde para ello ademàs de imposible, si alguen nos hubiera dicho que aquel parque infantil con sus resbaladillas, columpios y juegos de colores iba a durar una parte tan pequeña de nuestra vida, lo hubièsemos aprovechado màs, era como un Paraiso como la m'tica tierra de "nunca jamàs", pero como en todo Paraiso, mordimos el fruto del tiempo y empezamos a crecer y crecer, escondìamos los juegos de niños y llenamos una caja de juguetes en lo màs obscuro del closet, como una amenaza o una carrera por ver quièn llega primero; parecìa que la consigna de los adultos era esa: "niÑo, un d'a seràs mayor , tienes que crecer, aprenderàs muchas cosas y seras feliz", pero nunca nos preguntaron si en realidad querìamos cambiar de felicidad.
Perdimos la inocencia y cre'mos que lo sabìamos todo, la escuela nos enseño y la vida nos confirmaba, perdimos la confianza y nos sentimos autosuficientes, de vez en cuando y a escondidas abrimos la vieja caja con juguetes de nuestra infancia, hoy somos mayores, lo podemos hacer casi todo, y seguimos viendo a travès de la ventana que en ese mismo parque, en el viejo columpio va y regresa un niño que cada dìa se hace mayor.
Ahora el verano de mi vida empieza a dar sus ùltimos rayos de sol, llega el otoño y la ciudad tira hojas secas por mi ventana, las mismas que veìa de niño y aun quedan muchos sueños en mi interior, sueños que guarde con el temor del crecer, cierro el àlbum de aquellas fotos como tratando de olvidar, doy cuerda a mi reloj , deseando que las manecillas pudieran girar al reves, pero no es posible, detenerlo nunca se podrà, y sòlo el recuerdo es la mejor manera de volver..
Cuànto quisiera volver a encontrar en mi espejo aquel ni-o, aquella inocencia, la pureza, la nostalgia de la primavera que durò tan poco tiempo, y hoy mi piel, se hace diferente, me cuesta trabajo entender que yo soy ese mismo ni-o de las fotos, cuesta trabajo pensar que con todos es igual, cuesta trabajo vivir sin temor de envejecer, de ver en lo que nos vamos transformando.
Hoy tambièn el mundo esta nostàlgico, temeroso, con la sabidurìa de un viejo pero la madurez de un niño, el mundo se llena de nostalgia al cambio de siglo, en todos lados se puede respirar ese aire de recuerdos, de bùsqueda a la respuestas eternas ¿què somos?, ¿para què estamos?, ¿A dònde vamos?, las preguntas de siempre, tratamos de encontrar ànimos en el pasado, revivir de lo vivido, buscando renovar modas, buscar la alegrìa en viejos programas de televisiòn, en remasterizar mùsica o resucitar genios que se fueron con el siglo, el mundo tan sabio y tan tonto, quiere volver a encontrar la inocencia que le duro tan poco, aquella inocencia en la que la respuesta era Dios y ahora confundido trata de negarse que lo màs importante es lo que era y lo que es, dando vueltas y llenàndose de disfraces, de filosofìas y de religiones, el mismo mundo y su "sabidurìa" , el mismo mundo que llora por "volver a creer" .
Hoy ese mismo mundo en el que nosotros vivimos y que sigue sentado en un rincòn, fingiendo valentìa pero asustado, tratando de consolarse el mismo, con el mismo miedo al futuro, a la obscuridad, esperando la mano del Padre que con una caricia le haga sentir que aun hay Dios, el mismo Dios de siempre, que nunca envejece y que siempre esta dispuesto a perdonar todas las veces que el mundo lo ha negado, que lo ha tratado de matar, ese Dios que en este nuevo milenio sigue esperando que nosotros, los cristianos, podamos presentarles la mano del Padre eterno y crecer llegar a la madurez como humanidad con la inocencia de un niño, con la sonrisa y la eternidad del tiempo...

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